Silencio absoluto, me estremezco al sentirlo. Las horas pasan demasiado despacio para mí, las siento eternas. ¿Por qué te has marchado de mi lado? Me siento vacío, inútil, todo me resulta absurdo, incluso hasta mi propia existencia. ¿Cuántos días han pasado desde que te fuiste? Ya no lo recuerdo. En vano me esfuerzo por hacer memoria, estoy bloqueado. Mis ilusiones se han esfumado, la alegría que me producía verte feliz a mi lado queda ya demasiado lejana. Te echo de menos…
Mi amor esta por los suelos y tu amor tan alto, que solo mira mis desconsuelos, sabiendo que soy un hombre que esta muy lejos del cielo, y tu no sabes mirar para abajo.
Recuerdo la habitación donde te dibujaba y tú sin indumentaria, donde por las noches el humo pesado va y viene.
¿Dónde esta la mujer de pelo castaño y piel morena?
Mujer mestiza y ardiente.
Voz de rayo de luna llena.
¿Y el vaso de whisky, el lápiz en mano dibujándote desnuda?
Cuando tocaba la guitarra, veía tus ojos cafés, me gusta perderme en tu mirada, estar dentro de ti.
¿Dónde estas paloma negra?
¿Dónde quedaron los abrazos y roces fuera de este escenario mundano, en el cual me llevas a la pasión prohibida, la cual desencadenas bajo esas miradas culpables?
Solo me queda el último brindis de un bohemio con una reina.
¿Ya habrá estado escrito que aquella noche perdiera tu amor?
¿Recuerdas cuando llegó la noche, y apareció la luna iluminando tu cara?
Anhelo estar contigo, aunque estés muy lejos de mis sabanas, donde por las noches de luna nos perdíamos en la pasión absoluta.
Recuerdo el día de mi maldita inseguridad, y ese día tú esperabas algo, el cual no pude concretar.
Kumiko: No me molesta, me saca de algo cotidiano, de algo a lo que no estoy acostumbrada, es sorpresivo y repentino y tengo miedo.
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