Todos los refrescos embotellados y enlatados (puercos) que se fabrican en México sin excepción alguna, utilizan en su elaboración esencias químicas y azúcar refinada, que ambas cosas son malísimas para nuestro organismo (bueno, los boing no tanto estos se salvan un poco porque están hechos con frutas).
¿Qué es lo que pasa con el azúcar?
El azúcar durante el proceso de industrialización, mientras se va haciendo mas blanca el azúcar, se va desmineralizando cada vez mas, al punto de convertirse –ya refinada- en uno de los principales y peores alimentos que ustedes se puedan imaginar (esto no es un alimento ¡es una droga! que ataca nuestro hígado).
Etimología
Durante la época de Nerón un escritor le puso el nombre de saccharum. Dioscorides hace referencia a «una especie de miel sólida llamada saccharum, que se encuentra en las cañas en la India y en la Arabia; tiene la consistencia de la sal y es crujiente». El nombre en latín medieval para un trozo de esa preciosa sustancia fue substituido más tarde en occidente por el de azúcar. La palabra original en sánscrito continuó siempre relacionada con sal de India, sobreviviendo su transición a través de las lenguas del imperio árabe y de las lenguas latinas. De hecho el sánscrito khanda se convirtió en la palabra candy (caramelo) en el idioma inglés.
El azúcar se produce a través de un proceso químico a partir del jugo de caña o de remolacha, eliminando toda la fibra y las proteínas que forman el 90% de dichas plantas.
En su libro Veneno en el alimento, el Dr. Lezner describe el proceso de extracción del azúcar en los siguientes términos:
Las remolachas se cortan en trozos después de lavarlas y luego se lixivian. Para dejar limpio el líquido que contiene el azúcar, se le añade cal. En este momento, la reacción alcalina destruye casi todas las vitaminas. En el líquido, mezclado con cal viva, se introduce dióxido de carbono, para así precipitar la cal. El líquido "saturado" se conduce hacia las bombas de filtración que separan el líquido azucarado de las impurezas. Tras otro tratamiento con sulfato de calcio, por el cual el ácido sulfúrico lo decolora hasta dejarlo casi blanco, se hierve el líquido hasta que espesa. Una centrifugación permite separar el jarabe del azúcar crudo llamado melaza, un producto que contiene muchas sustancias que no son propias del azúcar.
La melaza se utiliza para preparar una sustancia similar al alcohol de quemar y para alimentar al ganado. En las refinerías, este azúcar crudo se ha de transformar todavía en azúcar común o de consumo, para lo cual ha de pasar por varios procesos más de limpieza con carbonato de calcio, de blanqueo con ácido sulfúrico, de filtración a través de carbón de huesos y de cocción hasta obtener los cristales.
No cabe duda que el azúcar refinado no es un excitante que esta formado por sacarosa (por supuesto sin vitaminas, minerales y sin fermentos) que causa la fatiga de de las vísceras, también provoca los accesos febriles, acaba con nuestros dientes, desmineraliza el cuerpo, etc. etc. (mientras mas blanca sea el azúcar ¡es peor!.
Recuerdo que leí en un libro (y también busque el dato) que un de los más notables odontólogos el Dr. Reygadas declaro en el 72:
No obstante el azúcar es tan dañino para las personas, que tiene la tierna imagen de un angelito de la guarda del cual no hay el porque defenderse…
Porque será que la “inocente” y tan buscada y necesaria azúcar blanca (refinadota), convertida en producto químico del laboratorio, nos irrita, es un excitante, nos aumenta la tensión arterial, nos agota considerablemente las energías viscerales –sobre todo las de nuestro hígado- congestiona, nos desmineraliza y por si fuera poco ¡es causa de Diabetes! ¡Tuberculosis! e infinidad de malestares.
Imaginemos el daño que se les causa nuestros hijos, sobrinitos, primitos, todos, “invitándoles o premiándoles” con dulces fabricados con azúcar blanca, ¡son nuestros peores enemigos! Aparte de que nos están envenenando, ¡destruyen nuestros dientes! (el ladrón mas descarado es la azúcar refinada).
El consumo excesivo de dulces favorece también el acné, pues altera el metabolismo de los ácidos grasos y lleva a una superproducción. Entonces el exceso es eliminado por los poros de la piel y el material se acumula, facilitando el surgimiento de acné.
En realidad, el ser humano no necesita de un gramo de azúcar para vivir. El organismo necesita azúcar para producir la glucosa necesaria para su funcionamiento. ¿De dónde sacarla? De los alimentos que contienen hidratos de carbono (frutas, vegetales, legumbres, cereales, granos y sus derivados como el pan negro, la pasta y las harinas).
En relación con la caries dental no hay discusión. Aunque factores hereditarios interfieran, el azúcar es el gran culpable. Al descomponerse en ácidos en la boca, especialmente el ácido láctico, causa la disolución del esmalte, iniciando el proceso de la carie.
Además, estudios científicos demuestran que alimentos azucarados, sólidos y adherentes, como los caramelos y los frutos secos, son más nocivos que los líquidos. Al morder un caramelo, su azúcar puede penetrar en una eventual porosidad del diente y quedar fermentando, dando origen a la carie. Los líquidos no se cuelan entre los dientes, por lo que su penetración es menor (pero no se salva de nada eviten el comer azúcar).
Como vemos, el problema es el azúcar en exceso, sea bajo la forma de refinada o integral. Por eso, muchas personas han optado por abolirlo de la alimentación. Pero si tenemos costumbre de comer mucho azúcar e interrumpimos el hábito totalmente, tal vez sintamos cierta debilidad en los primeros días.
Si van a ocupar endulzantes para su té fruta, cereal, leche, o lo que ustedes quieran, les recomiendo que utilicen miel, así es, no perjudica nuestra salud, es natural. ¡Y lo mejor de todo! fortalece el sistema inmunológico, mejora y prevenir artritis o múltiple esclerosis, reducir los síntomas de menopausia, fortalecer las actividades íntimas, bajar el colesterol, ayudar en enfermedades como pancreatitis, insomnio y otros, mejorar la fertilidad en hombres y mujeres (especialmente beneficiosa en vegetarianos ¡como yo!)
Así que espero que se olviden por absoluto del azúcar, muchas gracias por haber leído esta opinión. ¡Gracias!.
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