domingo, 23 de marzo de 2008

La Biblia y Dictadura en la Iglesia.


Una dictadura es un estado en el que todos temen a uno y uno a todos'
(Alberto Moravia)


En el artículo anterior veíamos algunos de los principios neotestamentarios para el gobierno responsable de la iglesia y que, aunque dichos textos no invitan a otorgar todas las capacidades de decisión en la congregación local, tampoco abogan por la ausencia de sistemas de control y protección del desarrollo de la labor de liderazgo pastoral. Además de algún ejemplo recogido en la literatura patrística más temprana –que ya vimos–, también en el primer concilio de la Iglesia narrado en Hechos 15 se corrobora la participación de toda la congregación en la elección de individuos para responsabilidades de relevancia: Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos…” (Hechos 15, 22).


Finalmente, leemos que desde Jerusalén se envía a Antioquia la resolución del concilio firmada por los apóstoles, los ancianos y los hermanos” (vs. 23) tras llegar a un acuerdo” (vs. 25). En Hechos 6, 2-6 también se describe la elección de cargos –diáconos en este caso– para la iglesia local con el visto bueno vinculante de la congregación: Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquia; a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. Aunque se trata de un asunto de Perogrullo, es obvio que además de encontrarnos ante una exhortación bíblica, este sistema de protección posee diferentes y sólidos argumentos funcionales de salvaguarda que no poseen los modelos dictatoriales.


La historia ha sido testigo de las consecuencias que se han derivado de la puesta en práctica o del menosprecio de estas advertencias bíblicas. En la época de los absolutismos europeos, la invención de la imprenta de tipos móviles por parte de Gutenberg supuso un punto de inflexión en el devenir de la humanidad. Gracias a que la Biblia comienza a editarse en lenguas vernáculas, la Reforma Protestante comienza a proclamar el fundamento bíblico que establece que, como está escrito: No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3, 10). Del mismo modo, los nuevos lectores de la Biblia, a quienes hasta entonces se les había adiestrado para no cuestionar ninguna decisión proclamada por la jerarquía católica, descubrían que las Escrituras declaraban los principios de sometimiento mutuo que venimos viendo.

Aunque, por desgracia, la cuestión ha cambiado en algunos contextos evangélicos actuales, el protestantismo tiene unas características históricas que conviene recordar; como bien se recoge en la Enciclopedia Encarta, del término “protestantismo” se debe afirmar que: “Los líderes de la Reforma reaccionaron contra la institución católica del sacerdocio exaltando el 'sacerdocio de todos los creyentes' […]. Mientras que el sacerdote católico se considera un administrador de la gracia de Dios a través de los sacramentos, el ministro protestante se considera un laico que ha sido formado para realizar ciertas funciones dentro de la Iglesia. Como consecuencia de esta creencia en la igualdad esencial de todos los miembros de su comunidad o confesión, el gobierno de las Iglesias protestantes siempre ha tenido una tendencia democrática…”. Amén.


En el siglo XVI, algunas confesiones –como los puritanos– optaron por dividir los procedimientos del gobierno de la iglesia en diferentes estamentos a modo de control y contrapeso entre sí, como medida de protección ante las inevitables tentaciones de corrupción que acechan a cualquier tipo de poder, incluido el religioso. Es triste comprobar cómo algunos líderes eclesiásticos de hoy se han olvidado de que no hay justo, ni aun uno, y que esto les atañe también a ellos, por muy santos y libres de tentación que se consideren.


Aunque el tema aquí abordado es principalmente la creciente tendencia dictatorial en algunos círculos evangélicos, no se debería concluir esta serie sin un llamado colectivo a la integridad y a la enorme responsabilidad que supone para todos el ser parte de este espléndido principio de sometimiento mutuo. A nadie se le escapa que a una inmensidad de fieles puede resultarles más cómodo despojarse de este llamamiento bíblico y depositar todo el peso de la dirección de la iglesia en una o en pocas personas. Pero el escamoteo de la responsabilidad no puede apagar la fuerza del privilegio que supone que, en un mundo en el que se cometen tantos abusos y manipulación, resulte tan hermoso y emocionante que cada uno de nosotros, seres imperfectos y soberbios, podamos ser parte del rumbo y la obra de la Iglesia fundada por Jesucristo.


Cuanto más conscientes somos los miembros del Cuerpo de Cristo de la gran responsabilidad que supone ser partícipes de las decisiones más importantes de la congregación, más cerca estaremos de comprender la necesidad de santidad individual. La participación comprometida de todos los creyentes hace que la comunión y el sometimiento mutuo de los que nos habla la Escritura sean así firmes y coherentes. Por tanto, resulta fundamental la asunción de un temor de Dios que nos lleve continuamente a la dependencia de Él, a velar para que todos vivamos en comunión madura con Dios y con los demás; fundados en una relación horizontal y vertical sin rendijas. Nada más hermoso que ser parte de la definitiva obra del Creador del universo en esta tierra. Aunque no lo merezcamos.


Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno” (Juan 17, 20-22).

TODA LA CULPA ES DE LA TELEVISIÓN

Un espectro cierne sobre la humanidad! En esta era de las supercarreteras de la información, la sociedad esta Increíblemente podrida, nos han robado nuestra cultura, identidad y nuestro sentido humano. Ya nadie es genuino, todos trabajan en base a imágenes, imágenes que lo único que provocaran será un beneficio al modelo capitalista mas primitivo y depredador, imágenes creadas por el sistema y su mas leal e infalible herramienta, LA TELEVISIÓN. Pero, ¿Por qué beneficia al modelo capitalista? Muy fácil, por que cada individuo se convierte en robot, en un robot igual a otro robot (dentro del rango de su estereotipo que ha adoptado), que ha sido programado (así como a los robots jaja) para saber como actuar y como pensar. Lo más escalofriante es que solo les introducen caca en el cerebro.

Ejemplifiquémoslo de una manera sencilla: la imagen que se le ha otorgado al rock por la desatinada televisión. Alejandra Guzmán ha sido llamada roquera centenares, ¡MILLONES! de ocasiones, pero lo que mas indigna no es eso, sino que lo único que hace Alejandra Guzmán es beber alcohol, decir groserías, tatuarse el cuerpo y ser una prostituta. Lo que deviene un pensamiento que para ellos que la nombran "rockera" y para los que lo creen, el rock es solo beber alcohol, drogarse, tatuarse y decir groserías. O también están los que yo denomino los "chicos stroke" (que les gustan los strokes jaja), que se visten como los strokes y ven MTV todo el día. No estoy criticando la forma de vestir ni mucho menos, lo que realmente da miedo es la manera en que este estereotipo ha suavizado al rock. Aquellos que creen que vestirse "cool" y escuchar reactor 105 todo el día ya es ser rockero jajaja. Pero.. repasemos algunas de las cosas que podemos encontrar en la televisión: La irreverencia de Adal Ramones, la "inteligencia" de Paulina Rubio, la "utilidad" de los programas de chismes con conductores afeminados y obesos, la "imparcialidad" de los noticieros, lo "rebelde" de los de rebelde (¡pero tocan la guitarra! ¡Y les rezongan a sus papás! ¡Por eso son bien rebeldes!), entre muchas agresiones e insultos audio-visuales mas.

Es muy común escuchar que la televisión es el otro miembro de la familia, sin darse cuenta realmente de lo cierta que es esta aclaración. Una familia "normal" es aquella donde el principal entretenimiento es ver televisión. ¿Entretenimiento? Yo lo llamaría enajenación. Y hay que tener cuidado una vez que dicho "entretenimiento" se convierte en una rutina, ya que esta será la antesala al estancamiento cultural e intelectual. Todo esto se puede relacionar con la falta de hábito de la lectura que provoca la escasez cultural dentro de la manipulada y voluble población mexicana. ¿Por qué la gente no quiere leer? Por que en ella ha predominado el hábito de ver televisión por encima de cualquier otra actividad más. Prácticamente todos nacemos con un control de televisión en nuestras manos y es imposible escapar de ese "sofisticado" acondicionamiento al menos en los primeros años de nuestras vidas, lo que impide que una persona "normal" decida salir del profundo abismo en el que se encuentra, aunque sea un poco, leyendo un libro.

Otro de los más complejos y establecidos problemas sociales y del cual ya se hizo una pequeña referencia es el de las imágenes. Es bastante frustrante ver como la televisión moldea todo, absolutamente ¡TODO! A conveniencia de aquellos que ocupan posiciones operativas en el poder. Todo es moldeado de alguna manera: lo que se debe hacer, lo que no se debe hacer, el amor, el sexo, la rebeldía, el rock, lo que nos debe de parecer atractivo y lo que no, etc.

Resulta interesante darse cuenta que para apropiarse de esa imagen de "lo que se debe de hacer" ¿es necesario comprar muchos productos? ¡el fomento del consumo en su mas puro y glorioso estilo!, lo mismo sucede con la imagen impuesta para lo que debe de ser el atractivo femenino. ¿Se han preguntado por que hay tantos casos de anorexia y trastornos similares últimamente?

La televisión también ha convertido un sentimiento tan sano e inocente como es el amor en un montón de idiotas diciendo cuanta estupidez encuentran en su limitado y ñoño razonamiento para cortejar a una mujer. Cabe destacar que también es una de las tácticas de manipulación más infalibles que existen, ya sea para que consumas todo lo que este a tu alcance o para mantenerte pasivo y tranquilito ¡TODA LA CULPA ES DE LA TELEVISIÓN!

¡Nuestro más grande enemigo esta frente nuestros ojos! Soy un tipo muy paranoico, le tengo miedo al televisor, no confió en nada de lo que aparece ahí, creo que esa "cajita" tan inocente es la causa de todos los males y deficiencias contemporáneos.

Es imposible escapar del gran manto que envuelve la televisión, lo único que se puede hacer para "equilibrar la balanza" un poco es apagarla y ponerse a leer. No importa como te vistas, como te peines o que música escuches, lo que realmente importa es la actitud, aquella verdadera actitud que caracterizo al rock de cuestionar toda la información que pretenda persuadirnos y expresar esa inconformidad en el mayor numero de veces y en el mayor numero de lugares posible.

El Aspartame ¿Un dulce y peligroso sabor?

Una lata de refresco contiene 330 mililitros. Si una persona toma un promedio de dos diarias corresponde a casi tres litros semanales, que equivalen a un aproximado de 240000 litros anuales. Si el aspartame causa las numerosas dolencias que algunos denuncian, entonces podría estar en peligro la salud de millones de personas alrededor del mundo, que consumen productos cuyos ingredientes contienen este sustituto del azúcar.

El aspartame salió a la luz pública en 1965 gracias a James Schlatter, un investigador de G.D. Searle & Company, pero irónicamente fue hace pocos años que surgieron opiniones encontradas entorno al tema.

Schlatter descubrió el aspartame por casualidad, ya que en esa época trabajaba en una investigación con aminoácidos para desarrollar un nuevo tratamiento contra las úlceras. No imaginó que sería el primero en probar una sustancia 200 veces más dulce que el propio azúcar y que sería utilizado en numerosos productos bajos en calorías.

Asimismo, se transformó en un ingrediente muy valorado por las personas que padecen diabetes porque permitió que consumieran alimentos y bebidas dulces sin ningún riesgo, al menos así se creyó durante más de tres décadas. Sorprendentemente, se necesita sólo una pequeña cantidad de aspartame para obtener la suficiente dulzura de cualquier alimento.

Nada de azúcar

El aspartame es el resultado de dos aminoácidos o componentes ricos en proteínas, que son el ácido aspártico y la fenilalanina. Estos bloques productores se obtienen en todos los alimentos que producen proteínas como los granos y las carnes, por lo que el cuerpo humano lo asimila de la misma manera que lo hace con los alimentos proteicos.

Hasta ahora parecía irle bien al aspartame. Se sometió a numerosas pruebas para comprobar su eficacia, y se aplicaron procesos de farmacología y toxicología utilizando el producto en animales para descartar cualquier riesgo. También se realizaron estudios con seres humanos normales, adultos y niños, así como en personas diabéticas, obesas y mujeres en proceso de lactancia.

En 1981 la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó el aspartame para utilizarse como edulcorante de mesa en alimentos y bebidas y, de hecho, era el primero en ser concedido por la FDA en más de 25 años. Para 1983 se permitió su uso en bebidas carbonatadas, gelatinas y gomas de mascar y, a partir de 1996, se autorizó en cualquier bebida o alimento.

La culpa es del aspartame

Existen medicamentos que curan algunas dolencias, pero ¿es posible que una sustancia sea la culpable de todas las enfermedades? A finales de la década de los 90, un mensaje enviado por correo electrónico hizo temblar hasta al más escéptico: "Si están usando aspartame y tienen síntomas de fibromialgia, espasmos, dolores agudos, adormecimiento en las piernas, calambres, vértigo, mareos, dolores de cabeza, ‘tinnitus’, dolores en las coyunturas, depresión, ataques de ansiedad, problemas al hablar, visión borrosa o pérdida de memoria, probablemente pueden tener la enfermedad del aspartame”.

Nancy Markle es la autora de este mensaje, a quien por cierto no se le ha comprobado ninguna profesión, y a partir de entonces comenzaron las dudas alrededor del aspartame. Markle asegura en esta carta que la sustancia “cambia la química del cerebro. Esta es la razón de los ataques severos. Esta droga altera el nivel de dopamina del cerebro” y hace fuertes aseveraciones acerca de las consecuencias de utilizar el edulcorante en alimentos y bebidas.

Recientemente, La fundación italiana Ramazzini realizó una investigación con ratones de laboratorio y sostiene que el aspartame podría aumentar el riesgo de padecer cáncer. Sin embargo, el comité de evaluación de la FDA expresa que los resultados exponen “conclusiones histopatológicas cuestionables y la utilización de una nomenclatura inusual para describir los tumores”; además, la cantidad de sustancia administrada a estos animales equivale a 2000 latas de refrescos diarios, lo que resulta desproporcionado y subjetivo.

Aún no existen estudios certeros suficientes para comprobar que el aspartame es causante de diversas enfermedades y, por tanto, no existe ningún decreto legal para prohibir su consumo. No obstante, la ola de rumores sobre la sustancia ha despertado el interés de la opinión pública y hasta que no se establezcan conclusiones científicas fidedignas y comprobables, el aspartame dará de qué hablar.