Una dictadura es un estado en el que todos temen a uno y uno a todos'
(Alberto Moravia)
domingo, 23 de marzo de 2008
La Biblia y Dictadura en la Iglesia.
TODA LA CULPA ES DE LA TELEVISIÓN
Ejemplifiquémoslo de una manera sencilla: la imagen que se le ha otorgado al rock por la desatinada televisión. Alejandra Guzmán ha sido llamada roquera centenares, ¡MILLONES! de ocasiones, pero lo que mas indigna no es eso, sino que lo único que hace Alejandra Guzmán es beber alcohol, decir groserías, tatuarse el cuerpo y ser una prostituta. Lo que deviene un pensamiento que para ellos que la nombran "rockera" y para los que lo creen, el rock es solo beber alcohol, drogarse, tatuarse y decir groserías. O también están los que yo denomino los "chicos stroke" (que les gustan los strokes jaja), que se visten como los strokes y ven MTV todo el día. No estoy criticando la forma de vestir ni mucho menos, lo que realmente da miedo es la manera en que este estereotipo ha suavizado al rock. Aquellos que creen que vestirse "cool" y escuchar reactor 105 todo el día ya es ser rockero jajaja. Pero.. repasemos algunas de las cosas que podemos encontrar en la televisión: La irreverencia de Adal Ramones, la "inteligencia" de Paulina Rubio, la "utilidad" de los programas de chismes con conductores afeminados y obesos, la "imparcialidad" de los noticieros, lo "rebelde" de los de rebelde (¡pero tocan la guitarra! ¡Y les rezongan a sus papás! ¡Por eso son bien rebeldes!), entre muchas agresiones e insultos audio-visuales mas.
Es muy común escuchar que la televisión es el otro miembro de la familia, sin darse cuenta realmente de lo cierta que es esta aclaración. Una familia "normal" es aquella donde el principal entretenimiento es ver televisión. ¿Entretenimiento? Yo lo llamaría enajenación. Y hay que tener cuidado una vez que dicho "entretenimiento" se convierte en una rutina, ya que esta será la antesala al estancamiento cultural e intelectual. Todo esto se puede relacionar con la falta de hábito de la lectura que provoca la escasez cultural dentro de la manipulada y voluble población mexicana. ¿Por qué la gente no quiere leer? Por que en ella ha predominado el hábito de ver televisión por encima de cualquier otra actividad más. Prácticamente todos nacemos con un control de televisión en nuestras manos y es imposible escapar de ese "sofisticado" acondicionamiento al menos en los primeros años de nuestras vidas, lo que impide que una persona "normal" decida salir del profundo abismo en el que se encuentra, aunque sea un poco, leyendo un libro.
Otro de los más complejos y establecidos problemas sociales y del cual ya se hizo una pequeña referencia es el de las imágenes. Es bastante frustrante ver como la televisión moldea todo, absolutamente ¡TODO! A conveniencia de aquellos que ocupan posiciones operativas en el poder. Todo es moldeado de alguna manera: lo que se debe hacer, lo que no se debe hacer, el amor, el sexo, la rebeldía, el rock, lo que nos debe de parecer atractivo y lo que no, etc.
Resulta interesante darse cuenta que para apropiarse de esa imagen de "lo que se debe de hacer" ¿es necesario comprar muchos productos? ¡el fomento del consumo en su mas puro y glorioso estilo!, lo mismo sucede con la imagen impuesta para lo que debe de ser el atractivo femenino. ¿Se han preguntado por que hay tantos casos de anorexia y trastornos similares últimamente?
La televisión también ha convertido un sentimiento tan sano e inocente como es el amor en un montón de idiotas diciendo cuanta estupidez encuentran en su limitado y ñoño razonamiento para cortejar a una mujer. Cabe destacar que también es una de las tácticas de manipulación más infalibles que existen, ya sea para que consumas todo lo que este a tu alcance o para mantenerte pasivo y tranquilito ¡TODA LA CULPA ES DE LA TELEVISIÓN!
¡Nuestro más grande enemigo esta frente nuestros ojos! Soy un tipo muy paranoico, le tengo miedo al televisor, no confió en nada de lo que aparece ahí, creo que esa "cajita" tan inocente es la causa de todos los males y deficiencias contemporáneos.
Es imposible escapar del gran manto que envuelve la televisión, lo único que se puede hacer para "equilibrar la balanza" un poco es apagarla y ponerse a leer. No importa como te vistas, como te peines o que música escuches, lo que realmente importa es la actitud, aquella verdadera actitud que caracterizo al rock de cuestionar toda la información que pretenda persuadirnos y expresar esa inconformidad en el mayor numero de veces y en el mayor numero de lugares posible.
El Aspartame ¿Un dulce y peligroso sabor?
Una lata de refresco contiene 330 mililitros. Si una persona toma un promedio de dos diarias corresponde a casi tres litros semanales, que equivalen a un aproximado de 240000 litros anuales. Si el aspartame causa las numerosas dolencias que algunos denuncian, entonces podría estar en peligro la salud de millones de personas alrededor del mundo, que consumen productos cuyos ingredientes contienen este sustituto del azúcar.
El aspartame salió a la luz pública en 1965 gracias a James Schlatter, un investigador de G.D. Searle & Company, pero irónicamente fue hace pocos años que surgieron opiniones encontradas entorno al tema.
Schlatter descubrió el aspartame por casualidad, ya que en esa época trabajaba en una investigación con aminoácidos para desarrollar un nuevo tratamiento contra las úlceras. No imaginó que sería el primero en probar una sustancia 200 veces más dulce que el propio azúcar y que sería utilizado en numerosos productos bajos en calorías.
Asimismo, se transformó en un ingrediente muy valorado por las personas que padecen diabetes porque permitió que consumieran alimentos y bebidas dulces sin ningún riesgo, al menos así se creyó durante más de tres décadas. Sorprendentemente, se necesita sólo una pequeña cantidad de aspartame para obtener la suficiente dulzura de cualquier alimento.
Nada de azúcar
El aspartame es el resultado de dos aminoácidos o componentes ricos en proteínas, que son el ácido aspártico y la fenilalanina. Estos bloques productores se obtienen en todos los alimentos que producen proteínas como los granos y las carnes, por lo que el cuerpo humano lo asimila de la misma manera que lo hace con los alimentos proteicos.
Hasta ahora parecía irle bien al aspartame. Se sometió a numerosas pruebas para comprobar su eficacia, y se aplicaron procesos de farmacología y toxicología utilizando el producto en animales para descartar cualquier riesgo. También se realizaron estudios con seres humanos normales, adultos y niños, así como en personas diabéticas, obesas y mujeres en proceso de lactancia.
En 1981 la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó el aspartame para utilizarse como edulcorante de mesa en alimentos y bebidas y, de hecho, era el primero en ser concedido por la FDA en más de 25 años. Para 1983 se permitió su uso en bebidas carbonatadas, gelatinas y gomas de mascar y, a partir de 1996, se autorizó en cualquier bebida o alimento.
La culpa es del aspartame
Existen medicamentos que curan algunas dolencias, pero ¿es posible que una sustancia sea la culpable de todas las enfermedades? A finales de la década de los 90, un mensaje enviado por correo electrónico hizo temblar hasta al más escéptico: "Si están usando aspartame y tienen síntomas de fibromialgia, espasmos, dolores agudos, adormecimiento en las piernas, calambres, vértigo, mareos, dolores de cabeza, ‘tinnitus’, dolores en las coyunturas, depresión, ataques de ansiedad, problemas al hablar, visión borrosa o pérdida de memoria, probablemente pueden tener la enfermedad del aspartame”.
Nancy Markle es la autora de este mensaje, a quien por cierto no se le ha comprobado ninguna profesión, y a partir de entonces comenzaron las dudas alrededor del aspartame. Markle asegura en esta carta que la sustancia “cambia la química del cerebro. Esta es la razón de los ataques severos. Esta droga altera el nivel de dopamina del cerebro” y hace fuertes aseveraciones acerca de las consecuencias de utilizar el edulcorante en alimentos y bebidas.
Recientemente, La fundación italiana Ramazzini realizó una investigación con ratones de laboratorio y sostiene que el aspartame podría aumentar el riesgo de padecer cáncer. Sin embargo, el comité de evaluación de la FDA expresa que los resultados exponen “conclusiones histopatológicas cuestionables y la utilización de una nomenclatura inusual para describir los tumores”; además, la cantidad de sustancia administrada a estos animales equivale a 2000 latas de refrescos diarios, lo que resulta desproporcionado y subjetivo.
Aún no existen estudios certeros suficientes para comprobar que el aspartame es causante de diversas enfermedades y, por tanto, no existe ningún decreto legal para prohibir su consumo. No obstante, la ola de rumores sobre la sustancia ha despertado el interés de la opinión pública y hasta que no se establezcan conclusiones científicas fidedignas y comprobables, el aspartame dará de qué hablar.